Las botas son muy apropiadas para andar por terrenos irregulares porque al ser algo más altas que un zapato deportivo normal te sostienen el tobillo y te lo protegen de una posible torcedura, sin embargo también "abrigan" más al pie y al ser más duras son más propensas a crearnos ampollas. Por eso son tan buenas para la montaña o para la nieve.
De todas formas, todo depende de la marcha que lleves. Si vas tranquilamente, dando un paseo y con paradas frecuentes no le darás tiempo al pie a sobrecalentarse. Además, antes de que salga la ampolla propiamente dicha ( que en realidad es una quemadura de la piel por rozamiento) se siente un leve dolor punzante en la zona que nos indica que esa zona está sometida a sobrecalentamiento. Ahí sería buena idea parar, quitarse las botas y refrescar el pie.
Cuando hice el Camino de Santiago, en Molinaseca, poco antes de Ponferrada había un río en el que los peregrinos se bañaban los pies para refrescarlos y la verdad es que proporcionaba un alivio considerable.
De todas formas no te preocupes, pues en un trayecto como este en el que abundan las frescas sombras de los túneles y en el que tampoco avanzaremos demasiado rápido no suele dar tiempo a que se formen las ampollas. Esperemos también que no nos haga mucho calor, pues eso tambien nos puede influir.
Un saludo.