El mural de las lamentaciones
El futuro del mosaico que ha estado 50 años en el metro de Liceu preocupa a los vecinos
Los ex alumnos de la Massana han enviado una carta a los arquitectos para pedir que el mural se quede en la estación
CLAUDIA CUCCHIARATO - 31/07/2005
BARCELONA
Un marinero, una turista, un limpiabotas, una pareja que entra en el teatro, un vendedor de pájaros, unas flores, Canaletes... Lo más característico de la Rambla, desde Colón hasta la plaza Catalunya, está representado en un mural de cerámica que, durante casi 50 años, ha estado colgado en dos de las paredes de la estación de metro de Liceu. La obra está realizada por dos ex profesores de la prestigiosa Escola Massana y tiene un importante valor sentimental para los vecinos del barrio y para los ex alumnos del instituto. Se trata de un mosaico con colores vivos y trozos en relieve que está dividido en dos partes, una en cada entrada de la línea 3, a los dos lados de la Rambla.
Desde el pasado abril la entrada de metro frente el teatro, donde estaba colocado el segundo trozo del mural, está cerrada. Debido a obras de reforma, mejora y adaptación para las personas con minusvalías - obligadas por la ley de supresión de barreras arquitectónicas aprobada por el Parlament de Catalunya- la entrada permanecerá cerrada hasta el próximo mes de noviembre. Un grupo de nueve ex alumnos de la Escola Massana ha estado observando los trabajos de albañilería cada día desde el comienzo de la reforma y ahora se dicen preocupados para el futuro del mural. "Es una obra de artistas del barrio y representa la vida del mismo - explica Marta Mallafré, una ex alumna-. No sabemos donde está y no queremos que se pierda o que se estropee durante las obras". La semana pasada el grupo decidió enviar una carta al despacho de arquitectos que lleva a cabo la realización de la reforma - la firma Boigas, Mackay y Martorell- para pedirle que incluya el mosaico en el nuevo proyecto, pero la petición no ha recibido respuesta.
Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) informa de que el mural ha sido descolgado de la pared de la estación de Liceu y que ahora se encuentra en un almacén de la empresa. Con las obras empezadas, aún no se ha aprobado el plan para la decoración final de la estación y no se sabe qué se hará con el mural. De hecho, según declaraciones del Ayuntamiento y de TMB, la decoración de los nuevos vestíbulos y de los andenes de la estación tendrá un carácter singular,con motivos vinculados al canto y a la historia del Liceu. Esto hace desconfiar a los vecinos del barrio, porque el mosaico, realizado por Pau Macià y Carles Maurel, poco tiene que ver con el tema del canto. Además, el concejal del distrito de Ciutat Vella, Carles Martí, ha dejado entender a los ex alumnos, durante un entrevista que tuvo lugar en junio, que no está en las intenciones de los arquitectos mantener el mural en las paredes.
Empezó a mitad de esta semana una discusión entre los vecinos sobre la futura posible ubicación del mosaico. La Associació dels Amics de la Rambla envió el jueves una carta al concejal Carles Martí para subrayar el valor histórico del mural. "Nos gustaría tenerlo en la Boqueria o incluirlo en el nuevo proyecto de la plaza Gardunya, detrás del mercado", afirma la coordinadora de la asociación, Dolors Álvarez. Los ex alumnos de la Massana descartan la idea de colocar el mural al aire libre porque temen que la intemperie lo afecte. "Queremos que se quede en una entrada de metro - insiste Marta Mallafré- si no se puede quedar en las entradas del Liceu, una alternativa aceptable es la estación de Drassanes".
Carles Maurel es el alumno de Pau Macià que en los años 50 realizó el mosaico y en su vida ha adquirido suficiente experiencia como para no sufrir con el desplazamiento de su obra. Lo único que le importa es que pongan su mural en un espacio apropiado, "donde todos lo podamos disfrutar", y la hipótesis de la entrada de metro Dressanes le parece interesante. Quizás ésta sea la solución más probable, ya que Drassanes es la siguiente estación donde TMB empezará las obras de reforma, tras acabar las de Liceu. La normativa aprobada por el Parlament de Catalunya fija el 31 de diciembre del 2006 como fecha límite para la adaptación de toda la red de metro para personas con minusvalías. En esta fecha los ex alumnos y Carles Maurel podrán comprobar si sus peticiones han sido tenidas en cuenta.
(LA VANGUARDIA de Barcelona)