BAJO LA VIGILANCIA DE PEÑACORADA
Salir de Cistierna y abandonar el valle del Esla exige evoluciones semejantes, aunque inversas, a las de la llegada. Primero se avanza hacia el Sur, por la orilla izquierda y por Sorbía, frente a Mercadillo ; a la vista queda Vidanes, con el recuerdo del Padre Isla y su inmortal Fray Gerundio. Luego se recorre otro tramo remoto y silencioso, subiendo por el arroyo de Huertos.
La soledad pinta en rojo y a las masas de quejigo, las acorralan tierras aradas que, por primera vez, apuntan en nuestro camino como un reto al frío.
Peñacorada emerge desde todos los ángulos del trayecto; de ella vienen los arroyuelos que ha de cruzar el tren en curvas y contracurvas, y que engordando sus caudales se alejan para acabar en el Corcos ó en el Cea.
El Valle de las Casas se confunde, en color y perfiles, con el ondulado terreno del cereal. La estación es magnífica, con vieja aguada y otras nostalgias ; está en la tenue divisoria de las cuencas del Esla y el Cea, al borde de un horizonte de sembrados……………..
“De León a Bilbao por la vieja ruta del hullero”
Pedro Costa Morata
Laura Escalona Segovia
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La actitud es el pincel con el que la mente colorea nuestra vida, y nosotros somos quienes elegimos los colores.............