por Estanislao » Mié Ago 22, 2007 9:03 pm
Pues sin habérnoslo propuesto me has pisado las capturas.
Hay mucha historia entre esas tablas. Historia real de Estanislao y de Eurofima. Muchas horas pasé entre las mismas, cuando estaban en activo y cuando ya estaban retiradas.
La Librería de Ferrocarriles S.A., cuyo anagrama era una máquina de vapor, parecido al anagrama de la Asociación de Empleados y Obreros de los Ferrocarriles Españoles (pero sin la A), era la única compañía que vendía periódicos, revistas y libros en las estaciones. Además los comisionistas efectuaban, bajo cuerda, la venta de tabaco, sellos, postales, chicles, lápices, bolígrafos, papelería, algo de chucherías, etc. con el recargo "al uso" establecido.
Estas librerías eran de madera, algunas estaban situadas dentro de los vestíbulos (Madrid-Príncipe Pío, Barcelona-Vilanova, etc.), otras bajo marquesinas (Valencia, Madrid-Atocha, Alicante-Término y Benalúa, Castejón de Ebro, Alcázar de San Juan, etc.), pero muchas de ellas estaban a la intemperie (Linares-Baeza, Aranda de Duero-Chelva, etc.). Las maderas se deterioraban y cada 4-5 años eran rehabilitadas.
Mís tías, las hermanas de mi abuelo, tuvieron durante más de 30 años (de principios de los 40 hasta 1978) la librería de Linares-Baeza. Frecuentemente de niño las ayudaba a recoger la prensa de los trenes o de correos e, incluso, hubo un curso, 1972-73 que las ayudaba unas determinadas horas a estar en la librería. Era de 14-15 sobre todo. Esa era la hora de llegar el rápido de Madrid que traía la prensa de la mañana.
En Linares-Baeza a las 14.15 se leía la prensa del día, mientras que en Linares o en Jaén, se leía la prensa del día siguiente. En aquellos años había diarios matutinos, los que se leían en mi barriada por la tarde, y los vespertidos, que se leían al día siguiente. Toda la prensa la transportaban los trenes, el rápido y los correos, y éstos circulaban cuando tenían sus horas.
Cuando se rehabilitaban las maderas deterioradas por las inclemencias del tiempo. Estas maderas pasaban a propiedad de mi padre, que a su vez las aprovechaba para arreglar los gallineros (teníamos dos), uno exterior y otro interior (fuera y dentro del patio de la casilla), comunicados por un agujero que atravesaba la ancha pared de escorias de la tapia del patio, que permitía el paso de las gallinas, pero no de los zorros. No obstante, en la parte externa de la casilla, en la puerta del gallinero teníamos un perro, por si a alguna raposa se le ocurría merodear por allí. Éste tenía su casa también realizada con los tablones de los anteriores quioscos.
Deciros, que entre las obligaciones estaba atender todos los trenes entre las 7.00 y las 23.00, si bien en invierno mis tías, se retiraban después del paso de los TAF primero, luego los TER y finalmente los TALGO (18.30 el último). No esperaban sucesivos trenes que circularon espaciadamente UT, ferrobuses, catalanes, correo nocturno,... Si bien en verano si se quedaban hasta el paso del primer expreso, el exprés de Algeciras (0.30). También, deciros que el horario de apertura por la mañana era más temprano de esa hora, pues el correo que traía los periódicos de la noche anterior y revistas llegaba a las 6.00. En aquellos años, aunque habían despertadores de aquellos de "tic-tac", no lo necesitaban. Se levantaban en invierno y verano cuando pasaba el primer tranvía para Úbeda, que lo hacía por la puerta de su casa, a las 5.30.
Por aquellos años, no había trenes después de irse el correo de Andaluces primero y luego el ferrobús para Granada y Almería (7.30) hasta el horario del rápido descendente de Madrid-Cádiz, ya dicho, por lo que esas horas eran utilizadas para otros menesteres, pensemos que va una jornada casi completa. Luego, por la tarde, pasaba el rápido ascendente y los trenes de lujo que era cuando hacían las mejores ventas: revistas y libros.
El rápido tenía su éxito. No sólo traía los periódicos matutinos del momento (Pueblo, ABC, Ya, Arriba, El Alcázar,...) sino también los periódicos deportivos (Marca y AS) que tenían tortas para su obtención, pues a veces faltaban. En aquella época todos los periódicos traían muchas promociones (desde fotos de toreros hasta, por supuesto, las de futbolistas).
El correo traía los periódicos vespertinos que en sus últimos año sólo el INFORMACIONES (aunque no se si era INFORMACIÓN), pero traía las revistas (Telva, Ama, Lecturas, Hola, etc.), los semanarios (EL CASO, El Ruedo, La Actualidad, etc.), las revistas de periodicidad semanal (Cuadernos para el Diálogo) y las sacas con los libros (colección Austral, RTVE, Salvat, etc.).
Los periódicos que no se vendían había que arrancárles la primera página y guardarlos para devolverlos a final de mes con el balance. Las revistas se dejaban, pues se vendían todas, si no en esa semana o mes en los siguientes cuando hubiese un mayor número de viajeros, los libros también. Del balance nos ocupábamos mi padre, primero, y, luego, yo.
Como es lógico cada librería tendría su propia historia siempre ligada al horario de su rápido, su correo o su expreso. Pero cada uno tenía un precio diferente de facturación para el proveedor.
Saludos, Estanislao
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